By: Tijuana Waterkeeper
The environmental complexity of issues to which waterways are exposed to in Tijuana requires more and better collaboration between stakeholders to co-generate improved knowledge about the factors that affect water quality. Inclusive participation of residents of affected communities, as well as university students, is key in developing solutions to the different water contamination scenarios.
Tijuana Waterkeeper, a program led by Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental A.C., is increasingly innovating collaborative strategies and co-management in its community interventions, according to the specific characteristics of each of the communities affected by water quality.
This involves integrating local residents in learning about the status of water quality running through their community and establishing joint commitments to water management with Tijuana Waterkeeper and university students, who are assigned tasks according to their skills.
Tijuana Waterkeeper, known since 2014 for its weekly coastal water quality monitoring activities in the city of Tijuana and for the wide dissemination of the test results, interacts closely with residents of the affected coastal communities in several ways. We offer presentations to discuss technical information relevant to the water issues which they are exposed to and we facilitate dialogue between residents and authorities on their respective concerns. Dozens of university students and local residents have learned and participated in the sampling and testing process for coastal waters, acquiring the ability to understand the main implications of water conditions.
In another one of Tijuana Waterkeeper’s projects, known as “Parque Hidrológico Educativo Miramar,” we work with university researchers and students, as well as residents, to properly channel stormwater runoff to prevent the occurrence of landslides such as the one that destroyed more than 20 homes in the Anexa Miramar neighborhood in Tijuana during 2014.
Here, students and residents jointly collect data on the precipitation volumes required for designing the biofiltration channel which, in addition to simply channeling fugitive stormwater runoff, will serve to sprout vegetation allowing the recovery of this space to provide environmental, educational and recreational services to the local communities. Students also build homemade rain gauges repurposing waste materials, and residents install and learn how to use them to collect data and send it to the technical laboratory team responsible for the data’s recording and systematization. After Tijuana Waterkeeper has analyzed water quality samples of the stormwater that runs through the restoration site, students and residents participate in discussions on how to design the biofiltration channel according to the water’s physicochemical and microbiological conditions.
Tijuana Waterkeeper’s fundamental premise is that communities, including the residents and the physical spaces themselves, harbor not only problems, but also solutions, and recognizes that local knowledge contributes to scientific knowledge, and therefore to capacity building, strengthening collaboration between local residents and students.
The considerable effort devoted to this collaborative practice of knowledge transfer and exchange between the affected stakeholders, interested academics and Tijuana Waterkeeper’s technical team, produces very high returns and benefits toward the sustainability and long-term rooting of the programs. Most importantly, it honors the right of communities and youth to acquire knowledge and skills that will enable them to be effective actors in solving the problems they face.
‘’I am finding it very beneficial to participate in this activity by keeping an eye on the rains. In fact, I have been asked by my family and neighbors what it is for and why I take pictures of the rain gauge placed in my house. It makes me feel pleased and committed to try to give them an explanation of the monitoring work I do with you to assess the quality of the rain,” says Jose Jurado Jimenez, resident neighbor of Anexa Miramar.
This experience showed that the community is a powerful actor, capable of identifying the issues and ways to resolve the challenges they face and be protagonists of the change they require. The learning thus achieved is not only authentic, it is also for life; and we believe that it will allow the Tijuana Waterkeeper program to achieve a fruitful community-science relationship.
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La complejidad ambiental que enfrentan los cauces de agua en Tijuana requiere cada vez mayor y mejor colaboración de actores locales en la co-generación del conocimiento sobre los factores que afectan la calidad del agua. La participación incluyente de residentes de comunidades afectadas, así como de estudiantes universitarios es clave en el desarrollo de soluciones a los distintos escenarios de contaminación del agua.
Tijuana Waterkeeper, un programa de Proyecto Fronterizo de Educación Ambiental A.C., innova cada vez más estrategias de colaboración y cogestion en sus intervenciones comunitarias, según las condiciones específicas de las comunidades afectadas por la calidad del agua. Con este fin, Tijuana Waterkeeper integra a los residentes locales en el conocimiento del estado de la calidad del agua que corre por su comunidad y establece compromisos conjuntos de gestión del agua con nosotros y con los estudiantes universitarios, a los que se asignan tareas en función de sus capacidades.
Tijuana Waterkeeper, conocido desde el 2014 por sus actividades de monitoreo semanal de la calidad de aguas costeras del municipio de Tijuana y por la amplia difusión de los resultados de los análisis, interactúa de cerca con residentes de las comunidades costeras afectadas de varias maneras. Ofrece pláticas en las que se imparte información técnica relevante a la problemática del agua a la que estan expuestos y facilita espacios de diálogo entre los residentes y autoridades sobre sus respectivas inquietudes. Decenas de estudiantes universitarios y residentes locales han aprendido y participado en el proceso de muestreo y análisis de la calidad del agua de estas costas, adquiriendo así, capacidades para reconocer las principales implicaciones de las condiciones del agua.
En otro proyecto de Tijuana Waterkeeper, denominado “Parque Hidrológico Educativo Miramar”, trabajamos con académicos, estudiantes universitarios y residentes para encauzar adecuadamente escurrimientos de aguas pluviales, con el fin de evitar que se sigan ocasionando deslizamientos como el que destruyó más de 20 casas en la colonia Anexa Miramar en Tijuana en el 2014.
Aquí, los estudiantes y residentes participan en la obtención de los datos de volumen de precipitación requeridos para el diseño del canal de biofiltración que, además de encauzar los escurrimientos fugitivos de aguas pluviales, permitirá que crezca vegeteación y que este espacio brinde servicios ambientales, educativos y recreativos a las comunidades locales. Además, los estudiantes construyen pluviómetros caseros reutilizando materiales de desecho y los residentes los instalan y aprenden a usarlos para recolectar los datos enviandolos al equipo técnico responsable del laboratorio para su captura y sistematización.
Después de que Tijuana Waterkeeper análiza las muestras la calidad del agua de lluvia que escurre por el sitio en vías de restauración, los estudiantes y residentes participan en discusiones sobre cómo adecuar el diseño de canal de biofiltración de acuerdo a la determinación de sus condiciones fisicoquímicas y microbiológicas.
Tijuana Waterkeeper parte de la premisa que en los espacios comunitarios no solo existen problemas sino también soluciones. y reconoce que los saberes locales contribuyen al conocimiento científico y facilitan su transferencia, asi como al fortalecimiento de capacidades y la colaboración entre los residentes locales y estudiantes,
El considerable esfuerzo dedicado a esta práctica colectiva de transferencia e intercambio de conocimientos entre los actores afectados, universitarios interesados y el equipo técnico de Tijuana Waterkeeper, produce altísimos rendimientos y beneficios para la sustentabilidad y arraigo de los programas en el largo plazo. Más importante aún, honra el derecho de las comunidades y juventudes de adquirir conocimientos y habilidades que les permita ser actores efectivos en las soluciones de las problemáticas que enfrentan. ‘
Me está pareciendo muy bien esta actividad en la que participo manteniendome atento a las lluvias. De hecho, me ha preguntado mi familia y vecinos para qué es y porque tomo fotos del pluviómetro colocado en mi casa. Eso me hace sentir muy feliz y comprometido, ya que trato de darles una explicación de la labor que realizo al monitorear y que ustedes realizan una valoración de la lluvia,” dice Jose Jurado Jimenez, vecino de la colonia Anexa Miramar.
La experiencia evidenció que la comunidad constituye un espacio poderoso, capaz de contribuir a maneras de conocer y resolver los retos que enfrentan y ser protagonistas del cambio que requieren. El aprendizaje así logrado, no sólo es auténtico, es también para toda la vida; y estamos convencidos que es el camino para que el programa Tijuana Waterkeeper, logre una adecuada relación ciencia-comunidad.